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El amanecer

El amanecer

Estaba todavía amaneciendo. La mar en calma permanecía a nuestros piés, mientras nuestra frágil embarcación avanzaba hacia nuestro incierto futuro. Yo remaba, ella estaba sentada y nuestro bebé dormía plácidamente en su regazo. Intenté evitarlo, pero una lágrima se arrojó desde mis ojos y dio a parar en el agua. El impacto formó ondas que amenazaban con expandir su tristeza por el océano, así que
me apresuré a golpearlas con el remo.

Por un instante miré el horizonte rojizo, inspiré y seguí remando. El graznido de una gaviota despertó a nuestro pequeño; lloró desconsoladamente. Es curioso lo rápido que algunas cosas se contagian. Un instante después, mi mujer y yo sucumbimos al llanto. Y sin mediar palabra, sólo con la mirada, decidimos regresar al puerto...

Javier Hernández

Nos dimos cuenta de que nos habíamos dejado algo allí que nos hacía llorar.

Pablo

Su oscuro pasado. Eso era lo que habían dejado en aquel viejo puerto. Creyeron que dejando tierra cuando todavía era de noche, la oscuridad de sus vidas permanecería en aquel lugar, y que iban a poder comenzar de nuevo en cualquier otro pueblo.
Pero unas pocas remadas les hicieron comprobar que su pasado les pertenecía, y que fueran donde fueran, primero debían resolver los asuntos que tenían pendientes en aquel lugar, que un día fue su tierra...

Ainara

Porque ambos sabían por experiencia que huyendo no amainaría la lluviaque caía en sus cabezas. Al volver ya acecha desde el horizonte, ya amenaza con meterse dentro otra vez, con la misma fuerza, con los mismos argumentos.
Así que decidieron guarderse el miedo en el bolsillo e intentar, por última vez, hacer de tripas corazón, amarrar, pisar el suelo sucio y polvoriento y encaminarse hacia donde vivían ellos...

Kash

4 comentarios

alexandra -

Pero una vez mas una voz golpio dentro de sus corazones, "no dejes tu camino", que rapido se expanden las ideas de ambos en el corazon del oceano, "que va a hacer de la creatura si vuelven a su pasado", una vez más golpeaba la voz, se miraron fijamente y despues miraron al bebé, ¿será que tal vez él, entienda la decisión?¿Será que es la mejor decisión?, no pudieron resolver nada esa tarde, y solo dejaban que el oceano hiciera lo suyo.
De repente se oculto el sol aquella decisión estaba tomada, sus corazones dictaban que aquella decisión fue la mejor, Irían rumbo a su pasado a tratar de solucionarlo, iban de vuelta al pueblo. Pero de repente la fuerza del oceano escucho a sus corazones, él no lo permitiria, ¿Que acaso el oceano mismo guardaba algún secreto?, y comenzo a alborotarse, pidio ayuda del cielo, y comenzo la tormenta, el mar se movia enojado, la lluvia no cesaba, y esa noche no pudieron volver al pueblo el oceano se habia apoderado de ellos y solo le quedaba la esperanza del siguiente día...

kash -

Porque ambos sabían por experiencia que huyendo no amainaría la negra lluvia que caía en sus cabezas. Al volver ya acecha desde el horizonte, ya amenaza con meterse dentro otra vez, con la misma fuerza, con los mismos argumentos.
Así que decidieron guarderse el miedo en el bolsillo e intentar, por última vez, hacer de tripas corazón, amarrar, pisar el suelo sucio y polvoriento y encaminarse hacia donde vivían ellos.

Ainara -

Su oscuro pasado. Eso era lo que habían dejado en aquel viejo puerto. Creyeron que dejando tierra cuando todavía era de noche, la oscuridad de sus vidas permanecería en aquel lugar, y que iban a poder comenzar de nuevo en cualquier otro pueblo.
Pero unas pocas remadas les hicieron comprobar que su pasado les pertenecía, y que fueran donde fueran, primero debían resolver los asuntos que tenían pendientes en aquel lugar, que un día fue su tierra...

Pablo -

Nos dimos cuenta de que nos habíamos dejado algo allí que nos hacía llorar...